
Uno, Fernando Sancho, que estuvo el primer año de combate de la División en la Unión Soviética.
Otro, Fernando Villar, que estuvo cuatro años desde el primer contigente hasta que repatriaron a la Legión Azul. Ambos guripas tienen 95 años y están vivos, cuerdos y alegres. El legionario Fernando Villar nos recordó el espíritu de grandeza de la juventud española. Sus palabras han hecho nuestras delicias con historias de amor y coraje sin odio.
Durante el encuentro se les ha hecho entrega a ambos de la placa de la Orden de la División Azul.